Hola mis Cyber-amigos, llevaba algún tiempo sin escribir pero aquí estoy con un nuevo artículo escrito especialmente para ustedes y aunque no soy un experto en el tema, lo he escrito desde muy adentro de mi corazón motivado totalmente por nuevas experiencias acontecidas en el derrotero de mi vida.
A veces nos preguntamos que es la vida? Y en ocasiones no encontramos una respuesta coherente y conforme a quien le preguntemos, podemos hallar diversas interpretaciones; Por ejemplo: para algunos puede ser un reto, para los bohemios podrá ser un tango y quien la baile un loco, para un científico la vida no es una cosa palpable que se pueda tocar o ver bajo el microscopio, para un budista es cada uno de los estados de reencarnación de los seres sintientes en el samsara, inclusive, una respuesta fisiológica podría ser que un organismo vivo es aquel, compuesto por materia orgánica capaz de llevar a cabo funciones tales como comer, metabolizar, excretar, respirar, moverse, crecer, reproducirse y responder a estímulos externos.; sin embargo para mí actualmente puedo expresar que la vida es la obra magistral de nuestro Creador quien a través de su infinita misericordia y bondad nos permite llegar a ella para disfrutar de muchos beneficios y entre ellos el de serle útil a los demás.
¿Qué a veces se torna difícil y complicada? Es cierto, pero hoy por hoy estoy totalmente convencido que estas situaciones son el justo precio que pagamos por la manera en que la vivimos, es decir que somos el resultado de nuestros actos y pensamientos: obviamente que con este artículo no estoy descubriendo nada nuevo ya que actualmente existen muchísimas publicaciones literarias especializadas en el tema (El Secreto de Rhonda Byrne, El Poder de
Cada quien merece la forma en que vive porque con su proceder se ha creado su destino. Esta frase suena “dura” pero es la realidad! Ciertamente cada uno de nosotros nos merecemos los beneficios, bendiciones, alegrías, dificultades o sinsabores que estemos viviendo porque así algunos no lo crean es Dios quien permite la existencia de obstáculos o bendiciones en nuestras vidas debido a nuestro buen o mal comportamiento porque justamente es El quien nos da el premio, no la gente; veámoslo de esta manera:
LAS ENFERMEDADES
Al nacer la mayoría de las personas somos sanas, inocentes y bendecidas ya que fuimos hechos a imagen y semejanza de nuestro Dios Padre (Génesis 1.26) pero con el paso del tiempo nos vamos llenando de malos hábitos de vida (vicios, trasnocho, mala alimentación, iras, etc.) que indudablemente con el tiempo redundan en enfermedades donde algunas pueden ser tan leves que desaparecen prontamente (gripes, dolores estomacales, etc.) hay otras medianamente incomodas que se convierten en permanentes de tal forma que nos toca aprender a convivir con ellas (infecciones renales, gastritis, diabetes, presión arterial, etc.) y lo que es peor existen algunas de tal gravedad que si no las tratamos oportunamente nos conducen a la muerte después de dolorosos malestares (Cáncer, sida, cirrosis, etc.)
¿Será que podemos evitar o controlar las enfermedades? Obviamente! Podemos evitarlas haciendo uso racional de nuestro organismo, procurando una sana alimentación y buenas costumbres, viviendo en plenitud sin vicios, buscando siempre el bienestar que da el equilibrio del bienestar integral del ser humano entre lo físico, emocional y espiritual, de igual manera, cuando ya las hemos adquirido y no podemos retirarlas debemos aprender a convivir con ellas evitando todo aquello que vaya en contravía a las prescripciones médicas. Por ejemplo si un diabético sabe que no debe consumir azúcares o licores y lo hace, al tener una recaída de quien será la culpa???
