Amigo lector este es el primero de una secuencia de varios artículos para contribuir en el camino de su superación personal, sin embargo es probable que usted antes de leer este artículo se pregunte. ¿Será posible que una persona común y corriente pueda convertirse en un triunfador?
Hoy me atrevo a decirle que sí! La diferencia fundamental para lograrlo, radicara en el hecho de que usted después de leer y analizar este articulo, podrá elegir ser un triunfador o por el contrario permitirá que su vida continúe siendo igual de sosa y sin una proyección triunfadora.
Aunque parezca un despropósito, nadie puede ni podrá lograr el éxito con solo desearlo. La voluntad propia no es una fuerza autónoma que se mueve por sí misma. La voluntad constituye una potencia de enorme magnitud que para ser aprovechada correcta y eficazmente requiere del apoyo del cerebro, de la capacidad de raciocinio, de la planificación, de la habilidad y del sentido común y precisamente cuando aprendemos a usar bien todos estos elementos es cuando podemos llegar a la meta que nos hemos propuesto.
El objetivo de este artículo es darle las herramientas para que usted descubra y aprenda a utilizar en su máxima potencia las fuerzas con que usted ya cuenta para lograr sus propósitos de superación y triunfo. Aunque no lo crea estas fuerzas están en usted mismo. Quizá ahora le resulten invisibles o no las divise ni valore con exactitud y claridad, pero están en usted! por consiguiente todo lo que usted debe hacer es detectarlas, disponerse a utilizarlas y saber como usarlas.
La historia de los grandes triunfadores de todos los tiempos demuestra que ellos lograron llegar a lo más alto despertando sus capacidades adormecidas usándolas de una manera eficaz, ayudándose a sí mismos para ser cada día más voluntariosos, hábiles y decididos.
Charles Chaplin fue un ejemplo claro. Partiendo de una infancia y juventud miserables, se convirtió no sólo en millonario sino en uno de los artistas más importantes de toda la historia del cine. Chaplin tuvo que enfrentar muchas dificultades pero logró vencerlas con aplomo y dedicación. En Estados Unidos, donde en una época fue perseguido y dejado de lado, terminaron haciéndole una estatua y reconociéndolo como una celebridad. Todo eso no lo logró gracias a la suerte: lo consiguió luchando y aprendiendo a utilizar al máximo su capacidad y su fuerza de voluntad. Por eso dijo varias veces: “Todo lo que obtuve se lo debo a mi decisión de seguir adelante, pese a las dificultades que siempre encontré. El éxito está dentro de uno mismo. Está en nuestra capacidad y nuestra propia fuerza”
Para demostrar lo que quiero decir seguramente no es necesario utilizar más ejemplos como el de Charles Chaplin ya que usted debe conocer personas del común que se convirtieron en triunfadoras; un amigo, un vecino, en fin usted sabe de personas que aún partiendo de la nada han logrado lo que usted mismo aún no ha podido conseguir. ¿Entonces cuál es la diferencia entre usted y esas personas? La diferencia es que ellos han sabido descubrir sus potencialidades y usted aún no las aprecia ni las ve con claridad.
En la revista ”PODER”, de noviembre de 2002, el mexicano CARLOS SLIM, considerado el hombre mas rico de América Latina, respondió a una pregunta, acerca del significado del ÉXITO. Antes de continuar con el artículo, me parece conveniente revisar la respuesta de este connotado empresario, sobre este tema.
“Yo creo que el éxito no está en lo económico. Una persona no es de éxito, porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente o saca un diez en el examen de la escuela o la universidad
Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, saber apreciar la familia y los amigos; apreciar las cosas que tienen valor verdadero, no solo material, ni físico necesariamente.
El éxito, no tiene nada que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos nobles o académicos que tienes, ni a la sangre heredada o a la escuela en que estudiaste.No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu garaje,no se trata si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales, no tiene nada que ver con el poder que ejerces o si eres buen administrador o si hablas bonito, o si las luces te siguen cuando lo haces, no es la tecnología que empleas, no se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas bordar en tu ropa, o si después de tu nombre pones siglas deslumbrantes que definen tu status social.
Se trata de que en tus triunfos estén incluidos en tus sueños, de que tus logros no hieran a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.
No es acerca de cuantos te siguen, sino de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino de cuantos te creen, si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar.
Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de SER más, no de TENER más”.
¿En que consiste ese respeto hacia uno mismo? En una actitud de valoración objetiva de las propias capacidades, virtudes y posibilidades. Eso significa no subestimarse.
Tenga en cuenta que en este paso debe ser muy cuidadoso porque las personas que se subestiman están casi siempre condenadas al fracaso y lo mismo ocurre con quienes se ubican en el extremo opuesto, es decir con aquellos que sobredimensionan sus valores propios.
“Todo aquel que cree tener mas virtudes que las que realmente tiene, va directamente hacia la frustración. Situarse en un plano objetivo para juzgarse con imparcialidad es, sin duda, el primer paso hacia la cima”
Lamentablemente, mucha gente no lo entiende así e incurre en cualquiera de los dos extremos negativos y eso no les augura otra cosa más que derrotas y amarguras. La gente que hace eso es la que no sabe usar el talento y la capacidad que realmente tiene. Como se subestima o sobreestima generalmente desperdicia por acción u omisión sus reales condiciones.
A veces sucede que muchas personas verdaderamente hábiles, inteligentes y talentosas no emplean en forma eficaz sus virtudes y se empantanan en el camino que lleva al éxito. Aún así, tal vez logran algún progreso, pero no obstante ese pequeño triunfo siempre será como una parte disminuida del éxito que estaría en condiciones de obtener si apelaran a todos sus recursos.
Mucha gente está donde está porque no busca ni intenta estar en otro lado. Es decir que no hace el esfuerzo necesario para modificar su situación positivamente y la mayoría no lo hace porque no se conoce, porque ignora que en su interior existe una enorme fuerza de realización que puede ser encausada brillantemente a través de su voluntad de poder, que sólo está esperando a ser usada.
Nuestro interior es un riquísimo manantial del que la voluntad surge en forma casi incontenible, todo radica en saberlo y en usar adecuada y eficazmente ese grandioso poder.
En conclusión respetarse a sí mismo es descubrir su inmensa riqueza interior, esa riqueza formada por virtudes, talentos y capacidades que usted positivamente tiene y que debe desarrollar, pulir, ampliar y utilizar.
Valorarse a sí mismo es respetarse, asignarse el valor que se tiene. Es estimularse, saberse capaz, animarse, atreverse a enfrentar y a vencer al fracaso, la frustración y la pereza. Consiste, en definitiva, en enfocar positivamente la vida y decidirse a luchar. A luchar para alcanzar el éxito y poder convertirse en un ganador.
Hoy me atrevo a decirle que sí! La diferencia fundamental para lograrlo, radicara en el hecho de que usted después de leer y analizar este articulo, podrá elegir ser un triunfador o por el contrario permitirá que su vida continúe siendo igual de sosa y sin una proyección triunfadora.
Aunque parezca un despropósito, nadie puede ni podrá lograr el éxito con solo desearlo. La voluntad propia no es una fuerza autónoma que se mueve por sí misma. La voluntad constituye una potencia de enorme magnitud que para ser aprovechada correcta y eficazmente requiere del apoyo del cerebro, de la capacidad de raciocinio, de la planificación, de la habilidad y del sentido común y precisamente cuando aprendemos a usar bien todos estos elementos es cuando podemos llegar a la meta que nos hemos propuesto.
El objetivo de este artículo es darle las herramientas para que usted descubra y aprenda a utilizar en su máxima potencia las fuerzas con que usted ya cuenta para lograr sus propósitos de superación y triunfo. Aunque no lo crea estas fuerzas están en usted mismo. Quizá ahora le resulten invisibles o no las divise ni valore con exactitud y claridad, pero están en usted! por consiguiente todo lo que usted debe hacer es detectarlas, disponerse a utilizarlas y saber como usarlas.
La historia de los grandes triunfadores de todos los tiempos demuestra que ellos lograron llegar a lo más alto despertando sus capacidades adormecidas usándolas de una manera eficaz, ayudándose a sí mismos para ser cada día más voluntariosos, hábiles y decididos.
Charles Chaplin fue un ejemplo claro. Partiendo de una infancia y juventud miserables, se convirtió no sólo en millonario sino en uno de los artistas más importantes de toda la historia del cine. Chaplin tuvo que enfrentar muchas dificultades pero logró vencerlas con aplomo y dedicación. En Estados Unidos, donde en una época fue perseguido y dejado de lado, terminaron haciéndole una estatua y reconociéndolo como una celebridad. Todo eso no lo logró gracias a la suerte: lo consiguió luchando y aprendiendo a utilizar al máximo su capacidad y su fuerza de voluntad. Por eso dijo varias veces: “Todo lo que obtuve se lo debo a mi decisión de seguir adelante, pese a las dificultades que siempre encontré. El éxito está dentro de uno mismo. Está en nuestra capacidad y nuestra propia fuerza”
Para demostrar lo que quiero decir seguramente no es necesario utilizar más ejemplos como el de Charles Chaplin ya que usted debe conocer personas del común que se convirtieron en triunfadoras; un amigo, un vecino, en fin usted sabe de personas que aún partiendo de la nada han logrado lo que usted mismo aún no ha podido conseguir. ¿Entonces cuál es la diferencia entre usted y esas personas? La diferencia es que ellos han sabido descubrir sus potencialidades y usted aún no las aprecia ni las ve con claridad.
En la revista ”PODER”, de noviembre de 2002, el mexicano CARLOS SLIM, considerado el hombre mas rico de América Latina, respondió a una pregunta, acerca del significado del ÉXITO. Antes de continuar con el artículo, me parece conveniente revisar la respuesta de este connotado empresario, sobre este tema.
“Yo creo que el éxito no está en lo económico. Una persona no es de éxito, porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente o saca un diez en el examen de la escuela o la universidad
Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, saber apreciar la familia y los amigos; apreciar las cosas que tienen valor verdadero, no solo material, ni físico necesariamente.
El éxito, no tiene nada que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos nobles o académicos que tienes, ni a la sangre heredada o a la escuela en que estudiaste.No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu garaje,no se trata si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales, no tiene nada que ver con el poder que ejerces o si eres buen administrador o si hablas bonito, o si las luces te siguen cuando lo haces, no es la tecnología que empleas, no se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas bordar en tu ropa, o si después de tu nombre pones siglas deslumbrantes que definen tu status social.
Se trata de que en tus triunfos estén incluidos en tus sueños, de que tus logros no hieran a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.
No es acerca de cuantos te siguen, sino de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, sino de cuantos te creen, si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar.
Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de SER más, no de TENER más”.
¿En que consiste ese respeto hacia uno mismo? En una actitud de valoración objetiva de las propias capacidades, virtudes y posibilidades. Eso significa no subestimarse.
Tenga en cuenta que en este paso debe ser muy cuidadoso porque las personas que se subestiman están casi siempre condenadas al fracaso y lo mismo ocurre con quienes se ubican en el extremo opuesto, es decir con aquellos que sobredimensionan sus valores propios.
“Todo aquel que cree tener mas virtudes que las que realmente tiene, va directamente hacia la frustración. Situarse en un plano objetivo para juzgarse con imparcialidad es, sin duda, el primer paso hacia la cima”
Lamentablemente, mucha gente no lo entiende así e incurre en cualquiera de los dos extremos negativos y eso no les augura otra cosa más que derrotas y amarguras. La gente que hace eso es la que no sabe usar el talento y la capacidad que realmente tiene. Como se subestima o sobreestima generalmente desperdicia por acción u omisión sus reales condiciones.
A veces sucede que muchas personas verdaderamente hábiles, inteligentes y talentosas no emplean en forma eficaz sus virtudes y se empantanan en el camino que lleva al éxito. Aún así, tal vez logran algún progreso, pero no obstante ese pequeño triunfo siempre será como una parte disminuida del éxito que estaría en condiciones de obtener si apelaran a todos sus recursos.
Mucha gente está donde está porque no busca ni intenta estar en otro lado. Es decir que no hace el esfuerzo necesario para modificar su situación positivamente y la mayoría no lo hace porque no se conoce, porque ignora que en su interior existe una enorme fuerza de realización que puede ser encausada brillantemente a través de su voluntad de poder, que sólo está esperando a ser usada.
Nuestro interior es un riquísimo manantial del que la voluntad surge en forma casi incontenible, todo radica en saberlo y en usar adecuada y eficazmente ese grandioso poder.
En conclusión respetarse a sí mismo es descubrir su inmensa riqueza interior, esa riqueza formada por virtudes, talentos y capacidades que usted positivamente tiene y que debe desarrollar, pulir, ampliar y utilizar.
Valorarse a sí mismo es respetarse, asignarse el valor que se tiene. Es estimularse, saberse capaz, animarse, atreverse a enfrentar y a vencer al fracaso, la frustración y la pereza. Consiste, en definitiva, en enfocar positivamente la vida y decidirse a luchar. A luchar para alcanzar el éxito y poder convertirse en un ganador.
“Solo el autoconocimiento nos llevará a ser triunfadores
y no victimas en la lucha que engendra la competencia.”