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domingo, 29 de marzo de 2009

LOS PEORES ENEMIGOS DEL EXITO

En el camino hacia la búsqueda del éxito los mayores enemigos son la timidez y el temor al fracaso; estos forman parte del conjunto de debilidades que en su lucha por afianzar una personalidad positiva para poder alcanzar el éxito debe enfrentar el hombre corriente.

La experiencia nos dice que admitir que las tenemos es una forma de comenzar a combatirlas eficazmente. Solo si las asumimos como parte de nuestra realidad podremos luchar contra ellas y vencerlas.

Los que tratan de ocultar a sus propios ojos sus debilidades, disimularlas o buscar pretextos para justificarlas, se hacen un pobre favor a sí mismos porque si no son combatidas crecerán y terminarán por anularlos totalmente.

Por el contrario, si admitimos nuestras flaquezas y buscamos neutralizarlas y derrotarlas estaremos perfeccionando nuestra personalidad y derribando los obstáculos que nos impiden alcanzar el éxito.

Para luchar contra esas debilidades contamos con una buena base que es nuestra voluntad. Si no nos subestimamos y aprendemos a respetarnos, podremos librar esa batalla respaldados por nuestra confianza en nosotros mismos. Eso no ayuda a vencer la timidez y el miedo al fracaso.

No existen formulas mágicas para vencer el miedo, solo el poder de razonamiento, el sentido común y la lógica pueden ayudarnos. Si usted se deja guiar por temores irracionales, no vencerá jamás el temor al fracaso ni ningún otro temor.

Puede ser que efectivamente una situación determinada amenace con entorpecer sus propósitos, en consecuencia la solución surgirá de un examen objetivo. Si usted confirma que el riesgo es real pueda tomar las medidas del caso para evitarlo.

Sin embargo si su actitud de duda surge de un temor irracional, no basados en la lógica de los hechos el análisis le demostrará su error y entonces podrá tomar la decisión adecuada.

En ambos casos las medidas adecuadas, serán: Objetividad y examinar cuidadosamente los problemas.

En este orden de ideas lo más fácil de vencer es la timidez. Según los psicólogos la timidez “es una inhibición parcial de las formas usuales de conducta ante la presencia de otros, especialmente cuando se es objeto de atención”.

Si usted se considera tímido todo lo que tiene que hacer es incrementar su confianza en sí mismo y eso solo se logra cuando se tiene la íntima convicción de que lo hace o dice en presencia de otras personas es lo correcto o adecuado.

En la medida que usted perfecciona su conducta ante los demás y aprende a expresarse con claridad, precisión y seguridad, la timidez irá desapareciendo.

En este caso como en muchos otros, los casos concretos derrotan a las inhibiciones. Eso quiere decir que si su timidez le impide hablar en público, lo que tiene que hacer es lanzarse a hablar.

Tal vez al principio cometa errores y no le vaya todo lo bien que desearía para la práctica,
constante y un aprendizaje adecuado resolverán ese problema.

En otras palabras, puede decirse que la timidez y el miedo al fracaso pueden ser desarrollados exitosamente con pensamientos positivos, constructivos y sanos.

Debemos formarnos una autoimagen constructiva, positiva y firme representando en ellas las virtudes que realmente poseemos y las que deseamos tener.

Si nos concebimos como personas capaces, voluntariosas y decididas a triunfar nos comportaremos en los hechos tal como nos concebimos.

Para un avión no hay lugar más seguro que la pista. Cuando surca el aire es cuando se enfrenta a ciertos peligros, no obstante el avión debe volar pues esa es su función. Lo mismo sucede con las personas, estarán totalmente seguras mientras no hagan nada, mientras no luchen por la superación y se enfrenten a los riesgos. Así como el avión debe volar las personas deben luchar con sus miedos para vencerlos y poder emprender el camino del éxito.

De esa decisión surgirá la actitud que en la lucha por el éxito se debe aplicar para vencer la timidez y encontrar el verdadero camino adecuado.

Por último, el hecho de aceptarnos, querernos, respetarnos, valorarnos objetivamente, no subestimarnos, reconocer nuestras fuerzas y sentirnos confiados y seguros es la mejor forma de ayudarnos a nosotros mismos a vencer la timidez y el miedo al fracaso.

La autoimagen opera como un espejo que refleja la personalidad que mentalmente nos forjamos de nosotros mismos. Según sea esa autorización, será en realidad nuestra personalidad y según sea nuestra personalidad será nuestra conducta, a su vez esa conducta creará resultados positivos que reforzarán su autoimagen e irán modificando de forma gradual y positiva su posibilidad, de tal forma que podrá llegar a ser lo que quiere ser, es decir una persona liberada de los temores y miedo al fracaso.
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