CUANDO LAS PALABRAS SE CORROMPEN
“Cuando las palabras se corrompen los significados se vuelven inciertos y el sentido de nuestros actos es también inseguro”
Esto se refiere a cuando en nuestro vocabulario utilizamos palabras distintas a las del real significado como por ejemplo cuando respondemos a un saludo:
¿Hola como te va?
¡Pailo, friquis mortis, llevado, en la lucha, etc.
Su mente consciente o sea su hemisferio izquierdo sabe que quiere decir usted, pero pregúntese ¿Es su mente consciente, es su hemisferio izquierdo el que graba o es su mente subconsciente? Su mente subconsciente es tal cual una grabadora, ella se limita a grabar en forma fría, pero su mente subconsciente no distingue entre lo que es correcto o es incorrecto, entre lo que es serio o es una broma, ella simplemente graba tal como usted lo ha dicho “en la lucha” y te está creando un programa de lucha. Mírenlo de esta forma. Cuantas veces salimos a comer, vamos a un rico almuerzo y no falta quien diga “Esta comida está violenta”. ¿Ha escuchado alguna vez esa expresión? ¡Este sancocho está violento! Su mente consciente sabe que usted quiere decir que está muy bueno, que está riquísimo, que está maravilloso, pero su mente consciente no es la que graba, la que graba y crea un programa es la mente subconsciente, ella está grabando “sancocho violento” y aquí vamos a aplicar un principio que ojalá tu lo grabes en tu corazón, y lo recuerdes por siempre. Repítelo en lo más profundo de tu corazón, repítete en forma fuerte y contundente para que quede grabado en tu mente subconsciente. “MI CEREBRO NO FUNCIONA CON LO QUE YO QUIERO SINO CON LO QUE YO LE ORDENO, MI CEREBRO NO FUNCIONA CON LO QUE YO QUIERO SINO CON LO QUE YO LE ORDENO”
Cuando tu dices este sancocho está violento, tu mente consciente quiere decir que está muy bueno, que está muy rico, que está maravilloso, pero ella no graba, quien está grabando es tu mente subconsciente y lo que tu le estas dando es una orden para ella. ¡Este sancocho está violento! No te extrañes si ese sancocho te produce daño de estómago y luego te estás diciendo.”Algo me hizo daño”. No te extrañes si tú sientes que tu presión arterial empieza a ascender, porque tú le has dicho ¡Este sancocho está violento!
Estás creando violencia en tu organismo a través de ese sancocho y si crees que eso no es posible piensa en esto. Una persona va al médico y le dice: “Doctor me siento enfermo del estómago” El le hace ciertas preguntas y establece un diagnostico, el llega a la conclusión de que usted tiene un ataque de amibas y le dice: ¡Tómate este remedio que es muy bueno para las amibas! Tú llegas a la droguería y con cierta desconfianza o mejor con cierta ganas de tener seguridad, le preguntas al farmaceuta que si en verdad ese remedio es bueno para las amibas y él te dice ¡Sí es verdad, este remedio es bueno para las amibas! Tú vas a tu casa y le comentas a tus familiares que ese remedio es buenísimo para las amibas y te lo tomas diciéndote que ese producto es bueno para las amibas. Te pregunto: ¿Te curarás? ¡No te curarás! ¿Por qué? Recuerda y repite. “MI CEREBRO NO FUNCIONA CON LO QUE YO QUIERO SINO CON LO QUE YO LE ORDENO, MI CEREBRO NO FUNCIONA CON LO QUE YO QUIERO SINO CON LO QUE YO LE ORDENO” ¿Qué quieres tú? Sanarte, pero que le ordenaste a tu cerebro. ¡Este remedio es bueno es para las amibas!
Tu mente subconsciente lo grabó tal cual tú lo dijiste. ¡Este remedio es bueno es para las amibas! No te extrañes si en una semana tus amibas están cachetonas, rozagantes, bonitas y llenas de hijos. ¿Por qué? Porque tú le dijiste a tu cerebro. ¡Este remedio es bueno es para las amibas! De pronto pensarás, ¡eso no puede ser, eso suena absurdo, si el remedio para las amibas tiene una cantidad de químicos que son realmente agresivos!
Hagamos el siguiente ensayo. Una sus manos y empiece a repetirse mentalmente ¡Estoy chupando limón, estoy chupando limón, estoy chupando limón! Repítelo, repítelo. ¿Te pregunto? Estás salivando. ¡Sí, por supuesto! ¡Debes estar salivando! ¿Es verdad que en este momento tengas un limón? ¡Por supuesto que no! Basta con que tu le digas a tu cerebro: ¡estoy chupando limón! Y tu cerebro se encarga de producir lo necesario para que tú consumas ese limón. Tu cerebro escuchó ¡estoy chupando limón! Y automáticamente empiezas a salivar. ¡EL PRODUCE LO QUE TU LE ORDENAS CON TUS PALABRAS!
¡Sigue diciendo que eres pobre! sigue diciendo que estás llevado, sigue diciendo que estás en crisis, sigue diciendo que no tienes salida y tu cerebro se encargará de producir lo necesario para que tú conviertas en realidad lo que estás diciendo.
Recuerda que cualquier vulgaridad, cualquier broma, cualquier chiste que tú digas, está quedando registrado en tu mente subconsciente, así que ten mucho cuidado con lo que estás diciendo. ¡Entre más vulgares sean tus palabras, entre más vagas sean tus palabras, más vagos serán tus programas mentales!
¿Porqué los hispanoparlantes en el universo tenemos fama de incumplidos? ¿De irresponsables? ¿De desorganizados? Hable con un gringo, hable con un americano, hable con un alemán y verá que ellos tienen una sola forma de decir usted. El americano solamente dice ¡YOU! Aquí decimos. ¡Vos! ¡Tú! ¡Usted! Nuestro idioma es rico en sinónimos que hace que nuestros programas mentales sean también dispersos. Un alemán te puede decir: “Nos veremos el próximo viernes a las 3.00 de la tarde” Y esa es la orden que le está dando a su cerebro. Cuando nosotros hablamos decimos: “Nos vemos, nos pillamos, hablamos una tardecita de estas” Pero no decimos cuando.
Palabras vagas nos crean programas vagos, programas vagos nos crean pensamiento vagos, pensamientos vagos nos conducen a sentimientos vagos, pensamientos y sentimientos vagos nos forman hábitos vagos, hábitos vagos nos llevan a un carácter vago y un carácter vago nos garantiza un destino igualmente vago.
¡DIME COMO HABLAS Y TE DIRE QUIEN ERES!
¡SI QUIERES ASUMIR LA RESPONSABILIDAD
DE TU VIDA, DEBES ASUMIR
LA RESPONSABILIDAD DE TU BOCA!