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sábado, 30 de marzo de 2013

EL MIEDO Y LA VERGUENZA


¿Amigo lector, cuántas veces por miedo has dejado de sacar a bailar a alguien? ¿Cuántas veces has dejado de pedir, o hacer algo dejándote llevar por la vergüenza? Estoy seguro que muchas veces, quizá en muchas ocasiones te ha sucedido y hasta te habrás lamentado por los resultados que has conseguido. Hoy quiero que sepas que el resultado del miedo unido a la vergüenza es la mediocridad, y es esta la que te impide vivir tu vida al máximo.

Sigmund Freud continuamente hablaba de los mecanismos de defensa que los seres humanos tenemos cuando alguien nos quiere hacer enfrentarnos con nosotros mismos y quizá en este momento al estarme leyendo inconscientemente busques uno de ellos para defenderte, esos mecanismos son:

La negación:

¡No, no, y nó! ¡Yo no soy mediocre!

La resistencia:

Te resistes a reconocer tus errores y tal vez hasta busques una excusa para justificarte

La evasión:

Mientras lees esto, te evades de la situación al decidir no continuar leyendo el artículo

La racionalización:

Para desconocer tus errores empiezas a analizar tu situación y a pensar en tus logros sin reconocer que así los tengas, has podido llegar más lejos y obtener mejores logros de los alcanzados, de esta forma justificas tu mediocridad convencido de no tenerla.

Estoy plenamente seguro que si me diera miedo y vergüenza ser lo que soy y como soy, seguramente no sería un Formador de Personas. Recuerdo tiempos pasados cuando fui Gerente de algunas empresas, donde a pesar de mis conocimientos y experiencias era muy “cuadriculado”, además debo reconocer que aún sentía miedo al público y vergüenza por mi calvicie y tan solo gozaba de prestigio y respeto, pero en cuanto aprendí a controlar el miedo y la vergüenza, fue cuando realmente llegué a ser yo mismo, pues fue el momento cuando empecé a relajarme y a aprovechar los conocimientos, habilidades, capacidades y experiencias que Dios me dio, aprendiendo a autoaceptarme para disfrutar y amar lo que diariamente hago. En mi caso, el miedo no se ha ido, está allí, simplemente he aprendido a enfrentarlo.

¿Para que nos sirve el miedo?

Usualmente todo el mundo responde que para nada, pero al pensar así se está en un error ya que el miedo nos sirve aprender a regularnos y obligarnos a cada día ser mejores. ¿Acaso piensan que Cristóbal Colón no sintió miedo al iniciar sus viajes? ¿Será que una Madre no siente miedo al estar lista para el parto? ¿Shakira no sentiría miedo al presentarse por primera vez ante el público en Viña del Mar? Por supuesto que sí y podríamos continuar enumerando muchísimos casos, evidentemente todos los grandes personajes de la historia alguna vez sintieron miedo y vergüenza, y muy seguramente los actuales diariamente lo sienten, pero porque aprendieron a controlarlo lograron llegar donde llegaron y hacer lo que hicieron.

Además científicamente está comprobado que cuando tenemos miedo, todos nuestros neurotransmisores generan más adrenalina, la adrenalina hace que el corazón lata más rápido y que la sinapsis entre las neuronas sea más fluida, por lo tanto tus ideas, energía y pensamientos pueden ser fuente  de gran desarrollo.                                                                      

Si deseas mejorar en tu diario quehacer, te invito a que hoy reconozcas que has vivido a medias y que de alguna forma has sido mediocre, para comprenderlo recuerda a Freud y no te evadas ni niegues tu propia realidad. Hazte el propósito de aprender a dominar tus miedos y vergüenzas iniciando un proceso de autoaceptación que te permitirá empezar el camino del mejoramiento continuo.

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