¿Amigo lector, cuántas veces
por miedo has dejado de sacar a bailar a alguien? ¿Cuántas veces has dejado de
pedir, o hacer algo dejándote llevar por la vergüenza? Estoy seguro que muchas
veces, quizá en muchas ocasiones te ha sucedido y hasta te habrás lamentado por
los resultados que has conseguido. Hoy quiero que sepas que el resultado del
miedo unido a la vergüenza es la mediocridad, y es esta la que te impide vivir
tu vida al máximo.
Sigmund Freud continuamente hablaba
de los mecanismos de defensa que los seres humanos tenemos cuando alguien nos
quiere hacer enfrentarnos con nosotros mismos y quizá en este momento al
estarme leyendo inconscientemente busques uno de ellos para defenderte, esos
mecanismos son:
La negación:
¡No, no, y nó! ¡Yo no soy
mediocre!
La resistencia:
Te resistes a reconocer tus
errores y tal vez hasta busques una excusa para justificarte
La evasión:
Mientras lees esto, te evades
de la situación al decidir no continuar leyendo el artículo
La racionalización:
Para desconocer tus errores
empiezas a analizar tu situación y a pensar en tus logros sin reconocer que así
los tengas, has podido llegar más lejos y obtener mejores logros de los
alcanzados, de esta forma justificas tu mediocridad convencido de no tenerla.
Estoy plenamente seguro que si
me diera miedo y vergüenza ser lo que soy y como soy, seguramente no sería un
Formador de Personas. Recuerdo tiempos pasados cuando fui Gerente de algunas
empresas, donde a pesar de mis conocimientos y experiencias era muy
“cuadriculado”, además debo reconocer que aún sentía miedo al público y
vergüenza por mi calvicie y tan solo gozaba de prestigio y respeto, pero en
cuanto aprendí a controlar el miedo y la vergüenza, fue cuando realmente llegué
a ser yo mismo, pues fue el momento cuando empecé a relajarme y a aprovechar
los conocimientos, habilidades, capacidades y experiencias que Dios me dio,
aprendiendo a autoaceptarme para disfrutar y amar lo que diariamente hago. En
mi caso, el miedo no se ha ido, está allí, simplemente he aprendido a
enfrentarlo.
¿Para que nos sirve el miedo?
Usualmente todo el mundo
responde que para nada, pero al pensar así se está en un error ya que el miedo
nos sirve aprender a regularnos y obligarnos a cada día ser mejores. ¿Acaso
piensan que Cristóbal Colón no sintió miedo al iniciar sus viajes? ¿Será que
una Madre no siente miedo al estar lista para el parto? ¿Shakira no sentiría
miedo al presentarse por primera vez ante el público en Viña del Mar? Por
supuesto que sí y podríamos continuar enumerando muchísimos casos, evidentemente
todos los grandes personajes de la historia alguna vez sintieron miedo y
vergüenza, y muy seguramente los actuales diariamente lo sienten, pero porque
aprendieron a controlarlo lograron llegar donde llegaron y hacer lo que
hicieron.
Además científicamente está
comprobado que cuando tenemos miedo, todos nuestros neurotransmisores generan
más adrenalina, la adrenalina hace que el corazón lata más rápido y que la
sinapsis entre las neuronas sea más fluida, por lo tanto tus ideas, energía y
pensamientos pueden ser fuente de gran
desarrollo.
Si deseas mejorar en tu diario
quehacer, te invito a que hoy reconozcas que has vivido a medias y que de
alguna forma has sido mediocre, para comprenderlo recuerda a Freud y no te
evadas ni niegues tu propia realidad. Hazte el propósito de aprender a dominar
tus miedos y vergüenzas iniciando un proceso de autoaceptación que te permitirá
empezar el camino del mejoramiento continuo.