El camino hacia el éxito tiene la forma de una pirámide donde el vértice es la meta final y para llegar a él debemos recorrer paso a paso la ruta ascendente que está representada por las metas o planes que nos hemos trazado.
En ese sentido, mi experiencia personal me permite recomendar la aplicación del sistema que los pájaros utilizan para la construcción de sus nidos.
Hacer esos nidos representa un gran trabajo para ellos, sin embargo vemos como se esfuerzan para poder construirlos; saber que no podrán terminarlos en un solo intento de modo que se toman su tiempo trabajando metódicamente todos los días y aunque hayan obstáculos e inconvenientes lentamente van avanzando hasta terminar su obra.
Así como los pájaros con mucha paciencia y empeño logran construir sus nidos, de la misma forma podemos construir nuestro éxito. Esto significa hacer un esfuerzo cotidiano para ir acercándonos a las metas propuestas revisando a diario nuestros planes.
En esa revisión debemos comparar nuestros propósitos con los resultados que vamos obteniendo en la práctica. Si los resultados no son los que pretendíamos lograr, tal vez tengamos que reconsiderarlos o modificarlos para adaptarlos a las nuevas circunstancias a través del cambio de paradigmas.
Para entenderlo mejor, con la perspectiva de confrontar nuestras creencias al respecto vamos a analizar algunos de los paradigmas más comunes que nos evitan el éxito:
Hoy es muy difícil lograr el éxito, antes era más fácil.
Esta idea altamente engañosa paraliza a cualquier persona que desea tener éxito en su vida. Si lo pensamos con cabeza fría, descubriremos que todo el desarrollo tecnológico y científico que está a nuestra disposición hoy en día, nos facilita el lograr mayores cosas en nuestras vidas.
Soy demasiado joven para triunfar.
Esta falsa idea hace que privemos a los niños de enrutarse por la vía del progreso. La verdad es que no hay edad para triunfar. Bill Gates y Steven Spielberg lo pueden certificar.
Soy demasiado viejo para triunfar.
En ese sentido, mi experiencia personal me permite recomendar la aplicación del sistema que los pájaros utilizan para la construcción de sus nidos.
Hacer esos nidos representa un gran trabajo para ellos, sin embargo vemos como se esfuerzan para poder construirlos; saber que no podrán terminarlos en un solo intento de modo que se toman su tiempo trabajando metódicamente todos los días y aunque hayan obstáculos e inconvenientes lentamente van avanzando hasta terminar su obra.
Así como los pájaros con mucha paciencia y empeño logran construir sus nidos, de la misma forma podemos construir nuestro éxito. Esto significa hacer un esfuerzo cotidiano para ir acercándonos a las metas propuestas revisando a diario nuestros planes.
En esa revisión debemos comparar nuestros propósitos con los resultados que vamos obteniendo en la práctica. Si los resultados no son los que pretendíamos lograr, tal vez tengamos que reconsiderarlos o modificarlos para adaptarlos a las nuevas circunstancias a través del cambio de paradigmas.
Para entenderlo mejor, con la perspectiva de confrontar nuestras creencias al respecto vamos a analizar algunos de los paradigmas más comunes que nos evitan el éxito:
Hoy es muy difícil lograr el éxito, antes era más fácil.
Esta idea altamente engañosa paraliza a cualquier persona que desea tener éxito en su vida. Si lo pensamos con cabeza fría, descubriremos que todo el desarrollo tecnológico y científico que está a nuestra disposición hoy en día, nos facilita el lograr mayores cosas en nuestras vidas.
Soy demasiado joven para triunfar.
Esta falsa idea hace que privemos a los niños de enrutarse por la vía del progreso. La verdad es que no hay edad para triunfar. Bill Gates y Steven Spielberg lo pueden certificar.
Soy demasiado viejo para triunfar.
Esta sociedad que enseña que la vejez hace que las personas pierdan sus habilidades o su creatividad o su capacidad, ha creado esa falsa creencia. Pero hay suficientes pruebas históricas de que se puede tener éxito en la edad adulta o avanzada. Abraham que engendro su hijo Isaac, padre de los Israelitas, a los 90 años. Moisés que liberó a Israel de Egipto a los 80 años. Beethoven que escribió su Quinta Sinfonía a los 70 años. Ronald Reagan que fue presidente de USA a los 70 años con doble reelección hasta los 86 años. Ray Kroc que creo McDonald's a los 50 años. Nunca es tarde para nada.
No tengo dinero para realizar mis sueños.
Como dice Kiyosaky, “El mayor activo que tenemos es la creatividad. El dinero es un medio que siempre está disponible para los emprendedores.” es decir que los problemas económicos se solucionan con creatividad. Sea emprendedor y arriesgado y poco a poco, se le irán abriendo las puertas.
Tengo un nivel educacional deficiente.
La idea generalizada de que para triunfar en la vida hay que tener postgrados o altos estudios, ha paralizado a muchos. El más importante violador de esa falsa creencia es Edison que fue devuelto de la escuela por retardado mental, su madre que era educadora decidió enseñarle en su casa y se pudo demostrar que Galileo Galilei tenia razón cuando dijo: "No se le puede enseñar nada a nadie, solo se puede ayudar a hallarlo a sí mismo". Cuando uno investiga la ciencia del éxito descubre que solamente hay posibilidades de triunfar para los que son autodidactas, aunque tengan altos estudios.
Solamente triunfan los que tienen el talento innato para el éxito.
Que gran mentira. Ya esta suficientemente demostrado que no existen personas torpes o brutas. Todos somos igual de inteligentes y todos estamos dotados de habilidades para triunfar, en un campo o en el otro.
No tengo suficiente energía para progresar.
Esta creencia negativa, no tiene ningún fundamento. Dentro del ser humano hay suficiente energía para iluminar a Nueva York completo.
He ensayado y he fracasado en repetidas ocasiones.
Definitivamente soy muy de malas. Este tremendo bloqueo mental es un verdadero asesino del éxito personal. Solamente cuando entendemos que no existe tal cosa como la buena o la mala suerte y que solamente existe la tenacidad para hacer funcionar la vida, renunciamos a esa falacia y nos decidimos a florecer y progresar sin límite.
Hay cosas externas a mí que me impiden triunfar.
Nuestra cultura tremendamente supersticiosa hace que pensemos que los astros o los dioses o los maleficios o los amuletos o los demonios u otras personas nos impiden triunfar. Sin embargo cuando uno investiga seriamente la tecnología del éxito, descubre que El Universo esta organizado para que todos los seres humanos progresemos, sin importar los diferentes niveles.
Tal vez yo no nací para triunfar; mi destino es el fracaso.
Este es un verdadero insulto a la Inteligencia Perfecta que armoniza todo el Universo. Si logramos cambiar esa manera tan perversa de pensar, podemos impulsar nuestra vida hacia el máximo nivel de desarrollo. Nada es imposible para toda persona que cambie su forma de pensar, de negativo a positivo.
El análisis anterior nos demuestra que para lograr el éxito no podemos quedarnos en esquemas inamovibles, debemos ser flexibles y de ser necesario tomar decisiones de cambio ya que si cambiamos nuestra manera de pensar, podemos cambiar nuestra forma de actuar.
En el camino hacia el éxito la palabra clave es el cambio. Cuando los cambios son el resultado de un cuidadoso autoanálisis, nos ayudan a mejorar, por que descubrimos que es lo que deseamos modificar positivamente es nuestra vida familiar, afectiva, e intelectual, nuestra salud y cosas tan importantes como nuestra situación financiera, es decir que queremos mejorar los ingresos para lograr una sólida seguridad económica, obtener prestigio personal, popularidad y alcanzar mayor poder de decisión en nuestro entorno social y laboral.
Igualmente, queremos mejorar nuestra imagen, hacer más agradable nuestra presencia, profundizar nuestros conocimientos, vivir mejor y más saludablemente en todos los aspectos, aumentar el número de amigos, recibir y dar más afecto, amor y respeto por los demás.
Cuando logramos todos o algunos de estos propósitos decimos que estamos mejorando, que hemos mejorado mucho y que estamos consiguiendo una a una nuestras metas por intermedio del esfuerzo sostenido y cotidiano del trabajo diario.
De todo lo anterior podemos concluir diciendo que construir el éxito significa edificar metódica y pacientemente la base firme y sólida de un futuro exitoso., así como los cimientos de una casa aseguran la solidez de toda la estructura, el esfuerzo diario hacia el éxito posibilita la felicidad de una vida futura.
La persona que realmente quiere hacer algo encuentra la forma de hacerlo los demás encuentran
razones y excusas.
No tengo dinero para realizar mis sueños.
Como dice Kiyosaky, “El mayor activo que tenemos es la creatividad. El dinero es un medio que siempre está disponible para los emprendedores.” es decir que los problemas económicos se solucionan con creatividad. Sea emprendedor y arriesgado y poco a poco, se le irán abriendo las puertas.
Tengo un nivel educacional deficiente.
La idea generalizada de que para triunfar en la vida hay que tener postgrados o altos estudios, ha paralizado a muchos. El más importante violador de esa falsa creencia es Edison que fue devuelto de la escuela por retardado mental, su madre que era educadora decidió enseñarle en su casa y se pudo demostrar que Galileo Galilei tenia razón cuando dijo: "No se le puede enseñar nada a nadie, solo se puede ayudar a hallarlo a sí mismo". Cuando uno investiga la ciencia del éxito descubre que solamente hay posibilidades de triunfar para los que son autodidactas, aunque tengan altos estudios.
Solamente triunfan los que tienen el talento innato para el éxito.
Que gran mentira. Ya esta suficientemente demostrado que no existen personas torpes o brutas. Todos somos igual de inteligentes y todos estamos dotados de habilidades para triunfar, en un campo o en el otro.
No tengo suficiente energía para progresar.
Esta creencia negativa, no tiene ningún fundamento. Dentro del ser humano hay suficiente energía para iluminar a Nueva York completo.
He ensayado y he fracasado en repetidas ocasiones.
Definitivamente soy muy de malas. Este tremendo bloqueo mental es un verdadero asesino del éxito personal. Solamente cuando entendemos que no existe tal cosa como la buena o la mala suerte y que solamente existe la tenacidad para hacer funcionar la vida, renunciamos a esa falacia y nos decidimos a florecer y progresar sin límite.
Hay cosas externas a mí que me impiden triunfar.
Nuestra cultura tremendamente supersticiosa hace que pensemos que los astros o los dioses o los maleficios o los amuletos o los demonios u otras personas nos impiden triunfar. Sin embargo cuando uno investiga seriamente la tecnología del éxito, descubre que El Universo esta organizado para que todos los seres humanos progresemos, sin importar los diferentes niveles.
Tal vez yo no nací para triunfar; mi destino es el fracaso.
Este es un verdadero insulto a la Inteligencia Perfecta que armoniza todo el Universo. Si logramos cambiar esa manera tan perversa de pensar, podemos impulsar nuestra vida hacia el máximo nivel de desarrollo. Nada es imposible para toda persona que cambie su forma de pensar, de negativo a positivo.
El análisis anterior nos demuestra que para lograr el éxito no podemos quedarnos en esquemas inamovibles, debemos ser flexibles y de ser necesario tomar decisiones de cambio ya que si cambiamos nuestra manera de pensar, podemos cambiar nuestra forma de actuar.
En el camino hacia el éxito la palabra clave es el cambio. Cuando los cambios son el resultado de un cuidadoso autoanálisis, nos ayudan a mejorar, por que descubrimos que es lo que deseamos modificar positivamente es nuestra vida familiar, afectiva, e intelectual, nuestra salud y cosas tan importantes como nuestra situación financiera, es decir que queremos mejorar los ingresos para lograr una sólida seguridad económica, obtener prestigio personal, popularidad y alcanzar mayor poder de decisión en nuestro entorno social y laboral.
Igualmente, queremos mejorar nuestra imagen, hacer más agradable nuestra presencia, profundizar nuestros conocimientos, vivir mejor y más saludablemente en todos los aspectos, aumentar el número de amigos, recibir y dar más afecto, amor y respeto por los demás.
Cuando logramos todos o algunos de estos propósitos decimos que estamos mejorando, que hemos mejorado mucho y que estamos consiguiendo una a una nuestras metas por intermedio del esfuerzo sostenido y cotidiano del trabajo diario.
De todo lo anterior podemos concluir diciendo que construir el éxito significa edificar metódica y pacientemente la base firme y sólida de un futuro exitoso., así como los cimientos de una casa aseguran la solidez de toda la estructura, el esfuerzo diario hacia el éxito posibilita la felicidad de una vida futura.
La persona que realmente quiere hacer algo encuentra la forma de hacerlo los demás encuentran
razones y excusas.
“Todo lo que logré se lo debo a muchos factores
pero sobre todo
a la paciencia y la constancia.
Nada se consigue sin método
ni decisión
y sin un esfuerzo cotidiano
Henry Ford
