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martes, 27 de diciembre de 2016

EL PRINCIPIO 90/10

Juan está terminando de desayunar con su familia antes de salir al trabajo. De repente su hija Lucía, sin darse cuenta, derrama sobre el mantel una taza de café y mancha la camisa de su padre.


Juan no tiene el control sobre lo que acaba de pasar. Ha sucedido: Se trata de ese 10% de las cosas que pasan. Sin embargo, lo siguiente que ocurra estará determinado por su reacción.


Supongamos que Juan se enfada y no controla su respuesta.


Juan regaña severamente a su hija porque le tiró la taza de café encima. Ella rompe a llorar. Después de reñirle, se vuelve a su esposa Marta y la critica por colocar la taza demasiado cerca del borde de la mesa.


Y sigue una batalla verbal.


Juan vociferando va a cambiarse de camisa. Cuando regresa a la cocina, encuentra a su hija demasiado ocupada llorando y terminando el desayuno para estar lista para salir a la escuela.


Pero con todo el enfado se hizo tarde y Lucía pierde el autobús. Marta debe irse inmediatamente al trabajo.


Juan se apresura a tomar el automóvil y lleva a su hija Lucía al colegio. Como tiene prisa conduce a más velocidad de la permitida y se salta algún semáforo.


Después de 30 minutos de retraso y ganarse una multa de tráfico, llega a la escuela. Su hija corre a clase sin decirle adiós.


Llega tarde a la oficina y entonces Juan se da cuenta de que se le olvidó el maletín.


El día no comenzó bien. Y parece que se pondrá cada vez peor. Juan está loco por regresar a casa.


Cuando llega a casa, encuentra un cierto distanciamiento de su esposa e hija.

¿Por qué? ¿Por qué Juan tuvo un mal día? Veamos posibles causas:

a) ¿El café lo causó?


b) ¿Su hija lo causó?


c) ¿El policía lo causó?

d) ¿Juan lo causó?


Está claro ¿no? La reacción de Juan causó la situación.


Juan no tenía control sobre lo que pasó con el café. Sin embargo, la forma en cómo reaccionó fue lo que causó su mal día.


Ahora analicemos lo que quizá debió haber sucedido.


El café salpica a Juan. Su hija Lucía está a punto de llorar. Juan se controla y le dice:


- “No pasa nada cariño, los problemas que se solucionan con la lavadora no son problemas, ten más cuidado la próxima vez”.


Después de ir a su habitación, de cambiarse y no olvidar su maletín, mira a través de la ventana y ve a su hija tomando el autobús escolar. Ella se vuelve y le dice adiós con la mano.


Gran diferencia, ¿no te parece? Dos desarrollos diferentes. Ambos empezaron igual, sin embargo, terminaron de muy distinta forma.

Como decía Epíteto: “Lo que importa no es lo que te sucede, sino cómo reaccionas a ello.”


Y es que nosotros elegimos siempre nuestra actitud ante las dificultades, ante los contratiempos, ante la vida y eso hace, como apunta el gran piloto de F1 Niki Lauda, que “Tú seas el motivo de casi todo lo que te sucede.”


Decía Dale Carnegie: “Estoy convencido de que la vida es un 10% lo que nos ocurre y un 90% cómo reaccionamos ante ello. Y esta afirmación se basa en el Principio 10/90 ¿En qué consiste este Principio?


En que así no parezca, en definitiva, somos los responsables de nuestras propias vidas, de nuestra felicidad, de nuestro éxito, porque siempre podemos elegir ante cualquier situación que actitud elegimos y que respuesta daremos.

Por ejemplo, las malas notas de tu hijo, el tráfico pesado regresando a casa, un jefe excesivamente autoritario o hechos del pasado que preferirías que no hubieran ocurrido.


No tienes control sobre ese 10%. Pero el otro 90% es diferente. Tu determinas ese otro 90% ¿Cómo? Con tu reacción, porque recuerda: “Tu siempre tienes la libertad y el poder de elegir la respuesta.”


Quiero transcribirte unas palabras de Dale Carnegie sobre la actitud:


“Cuanto más vivo, más me doy cuenta del impacto que tienen las actitudes sobre la vida.


Para mí, la actitud es más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que la apariencia, que los talentos y las habilidades.

Lo notable del asunto es que cada día tenemos el poder de decidir qué actitud acogeremos a lo largo del día ya que no podemos cambiar lo inevitable, lo único que podemos hacer es tocar la única cuerda que tenemos.

Conforme a lo anterior, estoy altamente convencido de que la vida es un 10% lo que me ocurre y un 90% cómo reaccionamos ante ello, y si es así para ti también pues podemos colocarnos al mando de nuestras actitudes.

Ahora que ya conocemos el Principio 10/90 apliquémoslo, además no perderemos nada con intentarlo

El Principio 10/90 es increíble, pues nos convierte en responsables de nuestras propias vidas. Lo malo es que muy pocos lo conocen y menos aún aplican su principio.



¿Lo harás tú?

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